Nuestro modelo español-inglés

A menudo se habla del bilingüismo como una necesidad básica en la educación de los niños en la época en la que les ha tocado vivir. Conscientes de ello, proponemos un modelo que lo consigue sin dejar de lado otras necesidades igual de importantes en su desarrollo académico y personal y que son imprescindibles para su desarrollo futuro.

Ser bilingüe significa que domina dos lenguas en igualdad de condiciones, es decir, que se puede pasar de un idioma a otra de manera automática y sin hacer una traducción de nuestra lengua materna. Conseguir esto requiere años y mucho esfuerzo por parte del alumno, así como colaboración de las familias. El ritmo al que esto se consigue depende de varios factores, tales como el estilo de aprendizaje del niño, la madurez, el apoyo que tenga en casa, etc.

Nuestro modelo educativo lo consigue, y así lo demuestran los resultados obtenidos en las diferentes pruebas externas.  Para ello nos valemos de varios ejes fundamentales:

 

  1. Distribución horaria de los idiomas:

Los alumnos reciben la mayor parte del día sus clases en inglés en la etapa de Educación Infantil, debido a que es una edad propicia para la adquisición del lenguaje. Pero, igualmente, se encuentran inmersos en la adquisición y mejora del castellano, por lo que los horarios deben completarse con algunas horas en español.

En la etapa de Educación Infantil, el niño está aprendiendo de su alrededor, de sus compañeros y de los adultos, y las diferencias madurativas están bastantes marcadas. El estar tan expuestos a otro idioma facilita la comprensión de este y el inicio de la automatización del idioma. La fase previa a la expresión en inglés es la asimilación de este, que dura más o menos tiempo dependiendo de las características de cada niño. En los primeros años, el pasar del español al inglés es el mismo proceso mediante el cual el niño pasa de hablar a estar en silencio; por tanto, igual que hay diferencias en la edad en la que comienzan a hablar o en la cantidad de palabras que expresan, varía el inicio de la expresión en un segundo idioma. Los niños que no se manifiestan no es porque no estén aprendiendo, sino que están en la fase de absorción y comprensión de la lengua, tan importante como la otra.

Además, si complementamos en nuestro idioma, con nuestros modelos de detección, conseguimos anticipar precozmente la aparición de dificultades en el proceso de aprendizaje, principalmente causadas por diferencias madurativas y que pueden conllevar problemas en etapas futuras.

 

  1. Habilidades cognitivas relacionadas con el pensamiento:

Cuando el contexto familiar y social es en la lengua materna, desde 3 años, el niño escucha, investiga, experimenta, pregunta y, en consecuencia, forma su pensamiento en esa lengua que se está implementando y estructurando en el colegio. Si solo recibe enseñanza en inglés en el colegio y su contexto familiar es en inglés, se estaría alcanzando también el mismo objetivo óptimo. Pero si recibe la enseñanza solo en inglés, sin implementarse en el colegio el español, que es su lengua de contexto, se estaría ocasionando una pérdida cognitiva relacionada con la “incomunicación”. Se produce un empobrecimiento ante esa ausencia y se perjudica la formación del pensamiento con todo lo que ello conlleva.

 

  1. Pre-aprendizaje: conocimiento del entorno y lectura.

La etapa de Infantil es clave en el desarrollo cognitivo del niño, tal como se explica en el punto anterior. Lo que se aprende desde los 3 a los 7 años, condiciona las habilidades cognitivas futuras. Por ello, es imprescindible asegurarnos de la adquisición de conceptos espaciales, temporales, cuantificadores y demás conceptos abstractos que tienen que ver con el entorno en el que se desenvuelven, pues estos serán la base de sus habilidades cognitivas futuras. Para ello, es imprescindible que se apoye o refuerce en castellano, pues como se anticipaba en el punto anterior, no podemos conseguir un aprendizaje óptimo si no se trabaja en el idioma de contexto.

Por otro lado, desde el colegio se van mandando actividades y lecturas recomendadas para casa, y que van predisponiendo para la motivación hacia el aprendizaje de la lectura, en un primer momento, y de la indagación y disfrute con el aprendizaje después. Esa secuencia se complementa con el trabajo en el colegio necesariamente en español, al ser éste el idioma utilizado en casa. Si renunciamos a ese complemento que pueden realizar las familias en casa, estaremos incidiendo en ese agujero cognitivo del niño. El colegio no podría implementar la riqueza de vocabulario en la lengua materna, elemento clave para el desarrollo de habilidades cognitivas posteriores.

 

  1. Discriminación auditiva: conciencia fonética.

La conciencia fonética conlleva a que, en el colegio, trabajemos los fonemas que resultan más difíciles a los niños. Con respecto al inglés, existen fonemas que no tenemos en castellano, por lo que el trabajo con personal nativo es imprescindible. La exposición a estos fonemas ayuda al niño a distinguirlos, pero la producción de estos depende de su destreza para hablar, es decir, del desarrollo del aparato buco-fonador, por lo que la madurez juega un papel muy importante. Por tanto, un exceso de exposición a dichos fonemas no asegura una correcta y rápida pronunciación si no es con un trabajo específico para desarrollar su expresión oral y que requiere de una profundidad pedagógica importante.

Además, en castellano también es crucial este aprendizaje, pues supone la base del enriquecimiento del vocabulario y de la conciencia fonológica, esto es, cómo se componen las palabras, con sus consiguientes consecuencias en cuanto a ortografía y significado. En resumen, si no trabajáramos esto en español, podríamos avanzar en inglés, pero tendríamos que rellenar esos agujeros cognitivos a los 6 o 7 años, con el riesgo de que haya niños que no consigan recuperar lo perdido.

 

  1. Conexión con nuestros logros en inglés y español.

En nuestro modelo, avanzamos no solo en la lengua española sino también en la inglesa sin menoscabo de ninguna. ¿Y cómo sabemos esto? Por nuestros logros objetivos.

En el año 2019, se presentaron 26 niños de entre 2º de Educación Infantil y 5º de Educación Primaria, al examen de acreditación Grade 1, 2 y 3, examen oral de Trinity, equivalente este último al A2. En este examen nuestro resultado sobre esa prueba fue de un 100% de aprobados.

En 6º de Primaria, en el colegio de Almería, en junio de 2017, se presentaron 68 niños al examen de acreditación denominado KET, el primero que se hace escrito por Cambridge University. En este examen, nuestro resultado sobre esa prueba escrita es de un 94% de aprobados.

Al mismo tiempo, en dicho colegio, tenemos un 9.5 de nota media en esas aulas, obtenido en las pruebas de diagnóstico de la Junta de Andalucía sobre competencia lingüística en español. Estos exámenes se realizan sobre la base de análisis y evaluación del informe PISA.

El nivel B1 de inglés lo están obteniendo todos nuestros alumnos en 2º de ESO y unos pocos en 1º de ESO. Este es el nivel que se exige como obligatorio para la obtención de un título universitario. El nivel B2 lo obtienen en 4º de ESO y el C1 los alumnos de 1º y 2º de Bachillerato.

Paralelamente, en Selectividad hemos obtenido una nota media de 8.5 en lengua española y un 8 en lengua inglesa en los últimos años, teniendo en cuenta que todos estos ejercicios se realizan por escrito.

¿Son estos logros que demuestran un modelo de éxito? Sin duda alguna, si lo que buscamos es dominar el inglés, sin haber perdido destrezas para el español.

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