Proyecto Educativo

Define los rasgos de identidad del Centro, formula los objetivos que se han de conseguir y expresa la estructura organizativa y funcional del Centro Educativo.  

Nuestro centro ofrece una educación integral donde se estimula que el alumnado no solo destaque en los estudios sino que también crezca personalmente con mentalidad abierta e internacional, propia de la época que nos ha tocado vivir, comprometidos con lo local, al mismo tiempo que conocedores de lo global.

Principios Educativos

Buscamos formar jóvenes con mentalidad abierta y buenos comunicadores para transmitir sus ideas y comprender las ajenas (Homo Loquens), y que entiendan que la raza, la religión o la procedencia dejan de ser importantes.

Tenemos como meta formar jóvenes solidarios, indagadores y comprometidos, sabedores que en la interculturalidad se enriquece el conocimiento, y en el entendimiento mutuo, se crece como persona (Homo Sapiens).

Los cuatro pilares de nuestro proyecto educativo buscan personas abiertas, reflexivas, flexibles y audaces para incorporar los avances y las nuevas técnicas que mejoran lo hecho y descartan lo obsoleto (Homo Fáber). En definitiva, equilibradas, en la amplia extensión del hombre, para sí mismos y para los demás, que aprendan a disfrutar de lo que son, de lo que hacen y de lo que reciben de los demás y de la naturaleza, con respeto e imaginación (Homo Ludens).

A quienes se transmita valores, conocimientos, experiencias y hábitos que facilitan la comunicación con los miembros de la sociedad en la que se nace.

En quienes se cultiven todas las parcelas de patrimonio personal que recibimos de nuestra propia naturaleza y de la cultura que la sociedad nos proporciona.

Finalidades Educativas

Ejes fundamentales de la educación

Formación de un Hombre Sabio (“Homo Sapiens”), conocedor de sí mismo y de su mundo.

La construcción de un HOMBRE SABIO, conocedor de sí mismo y de su mundo, se regirá por dos valores fundamentales:

La Vida como Primer Valor. Aprender a amar la vida, todo lo que vive y nos ayuda a vivir; la vida del hombre, la propia y la ajena; la vida del hombre, desde su inicio hasta su final.

La Dignidad Personal y Colectiva. Aprender a sentirse bueno y libre, responsable y auténtico, a estar como se es, sin ofrecer sucedáneos de uno mismo: el que uno es y como uno es.

Aprender a ser sujeto de derechos y deberes, merecedor de honra, honor y libertad; a sentirse ileso en su honorabilidad y libertad. Aprender a defender la libertad como reducto último de la propia didnidad Aprender a autoestimarse en una correcta autopercepción.

Formación de un Hombre Social y Comunicativo (“Homo Loquens”).

La construcción de un HOMBRE SOCIAL y COMUNICATIVO, se regirá por dos valores Fundamentales:

El Respeto Mutuo hasta la Tolerancia.Aprender a guardarse, el uno al otro, el honor debido, a mirarse con humanidad, a tenerse en consideración… hasta el punto de que si no se pueden integrar ni aceptar los planteamientos del otro en los propios planteamientos, al menos se toleren.

El Entendimiento Mutuo hasta la Solidaridad.Aprender a considerar las razones, argumentos y puntos de vista de los demás; aprender a ponerse de acuerdo; aprender a flexibilizar las propias posiciones sin perder por ello la coherencia personal según el adagio “fortiter in re, suaviter in modo”; aprender a hacerse cargo de las razones y de la situación del otro hasta perder uno su inicial dureza y frialdad; en esto consiste la solidaridad en sus múltiples manifestaciones.

Formación de un Hombre Artesano, Laborioso y Técnico (“Homo Fáber”).

La construcción de un HOMBRE ARTESANO, LABORIOSO Y TÉCNICO, se regirá por valores de servicio que orienten su trabajo. El que trabaja se llena de responsabilidad y debe valorar una doble actitud:

La Prestación de un Servicio Completo. Aprender a consumar la obra que se comienza, a llevarla a término, a acabarla sin dejar inconclusa alguna de sus partes necesarias o concertadas.

La Prestación de un Servicio Competente. Aprender a realizar un trabajo bien preparado, bien diseñado, bien elaborado, bien terminado. Acostumbrarse a contrastar los propios trabajos con los de otros similares para aprender a incorporar nuevas ideas, nuevas técnicas, mejorar lo hecho en anteriores ocasiones y corregir lo que formal, material o técnicamente ha quedado obsoleto. Aprender, al menos, a entregar un trabajo tal y como uno lo ofertó o a uno se lo pidieron.

Formación de un Hombre Lúdico, Imaginativo y Festivo (“Homo Ludens”).

La construcción de un HOMBRE LÚDICO, IMAGINATIVO Y FESTIVO se regirá por dos vías fundamentales:

Hacer Feliz. Aprender a vivir en coherencia con las propias referencias; aprender a vivir con esperanza de conseguir las expectativas que cada uno razonablemente se ha forjado; aprender a encontrar apoyos que reduzcan las frustraciones cotidianas y las irremediables contrariedades.

Dar felicidad. Aprender a valorar las personas con las que uno está y convive, descubriendo que en ellas hay de positivo y bueno; aprender a estimar lo que ellas son y ofrecen: su conversación, su trato, su compañía, estableciendo una corriente de simpatía hacia su persona.

Formación de un Hombre Sabio (“Homo Sapiens”), conocedor de sí mismo y de su mundo.

La construcción de un HOMBRE SABIO, conocedor de sí mismo y de su mundo, se regirá por dos valores fundamentales:

La Vida como Primer Valor. Aprender a amar la vida, todo lo que vive y nos ayuda a vivir; la vida del hombre, la propia y la ajena; la vida del hombre, desde su inicio hasta su final.

La Dignidad Personal y Colectiva. Aprender a sentirse bueno y libre, responsable y auténtico, a estar como se es, sin ofrecer sucedáneos de uno mismo: el que uno es y como uno es.

Aprender a ser sujeto de derechos y deberes, merecedor de honra, honor y libertad; a sentirse ileso en su honorabilidad y libertad. Aprender a defender la libertad como reducto último de la propia didnidad Aprender a autoestimarse en una correcta autopercepción.

Formación de un Hombre Social y Comunicativo (“Homo Loquens”).

La construcción de un HOMBRE SOCIAL y COMUNICATIVO, se regirá por dos valores Fundamentales:

El Respeto Mutuo hasta la Tolerancia.Aprender a guardarse, el uno al otro, el honor debido, a mirarse con humanidad, a tenerse en consideración… hasta el punto de que si no se pueden integrar ni aceptar los planteamientos del otro en los propios planteamientos, al menos se toleren.

El Entendimiento Mutuo hasta la Solidaridad.Aprender a considerar las razones, argumentos y puntos de vista de los demás; aprender a ponerse de acuerdo; aprender a flexibilizar las propias posiciones sin perder por ello la coherencia personal según el adagio “fortiter in re, suaviter in modo”; aprender a hacerse cargo de las razones y de la situación del otro hasta perder uno su inicial dureza y frialdad; en esto consiste la solidaridad en sus múltiples manifestaciones.

Formación de un Hombre Artesano, Laborioso y Técnico (“Homo Fáber”).

La construcción de un HOMBRE ARTESANO, LABORIOSO Y TÉCNICO, se regirá por valores de servicio que orienten su trabajo. El que trabaja se llena de responsabilidad y debe valorar una doble actitud:

La Prestación de un Servicio Completo. Aprender a consumar la obra que se comienza, a llevarla a término, a acabarla sin dejar inconclusa alguna de sus partes necesarias o concertadas.

La Prestación de un Servicio Competente. Aprender a realizar un trabajo bien preparado, bien diseñado, bien elaborado, bien terminado. Acostumbrarse a contrastar los propios trabajos con los de otros similares para aprender a incorporar nuevas ideas, nuevas técnicas, mejorar lo hecho en anteriores ocasiones y corregir lo que formal, material o técnicamente ha quedado obsoleto. Aprender, al menos, a entregar un trabajo tal y como uno lo ofertó o a uno se lo pidieron.

Formación de un Hombre Lúdico, Imaginativo y Festivo (“Homo Ludens”).

La construcción de un HOMBRE LÚDICO, IMAGINATIVO Y FESTIVO se regirá por dos vías fundamentales:

Hacer Feliz. Aprender a vivir en coherencia con las propias referencias; aprender a vivir con esperanza de conseguir las expectativas que cada uno razonablemente se ha forjado; aprender a encontrar apoyos que reduzcan las frustraciones cotidianas y las irremediables contrariedades.

Dar felicidad. Aprender a valorar las personas con las que uno está y convive, descubriendo que en ellas hay de positivo y bueno; aprender a estimar lo que ellas son y ofrecen: su conversación, su trato, su compañía, estableciendo una corriente de simpatía hacia su persona.

Formación de los educadores

Formación
de
Profesores

Nuestro proyecto educativo incidirá en la Escuela de Padres dónde se les introduzca, no a una metodología demasiado sofisticada y compleja sino a técnicas sencillas que pueden aplicarse sobre la marcha de los acontecimientos diarios. 

El docente es un educador. Su labor es plenamente educativa porque tienen que atender, obligadamente, cuatro ámbitos educacionales que vienen reclamados por la misma actividad docente:

  1. La instrucción propiamente dicha, con la que tanto tiene que ver la planificación de la enseñanza y las estrategias docentes.
  2. El liderazgo o conducción del grupo de clase.
  3. Los recursos motivacionales que emplea para incentivar el aprendizaje.
  4. El sistema de evaluación qpara hacer un seguimiento, en la medida de lo posible, del aprovechamiento académico de cada uno de sus alumnos.

Nuestro proyecto se completa con una preocupación constante porque se mantengan actualizados y renovados los fundamentos teóricos del profesorado de nuestro Centro, y que giren en torno a los aspectos señalados.

Una acción tan compleja, como es la tarea educativa, requiere, sin duda alguna, que quienes deben promoverla y llevarla a cabo estén bien formados. Nuestro proyecto educativo no podría completarse sin ocupamos de ello.

Nadie les puede discutir con seriedad a los padres el derecho de ser los educadores natos de sus propios hijos. La coincidencia social de esta responsabilidad está tan avanzada en las sociedades desarrolladas, que los padres desean colaborar con los centros escolares. Hoy el profesorado está más dispuesto a entrevistarse con los padres en reuniones de grupo, a exponerles sus puntos de vista, a recoger sus sugerencias, y a estudiar conjuntamente, en régimen de tutoría, el progreso académico y personal de su hijo alumno. Los padres que están con sus hijos y siguen atentos su evolución, no necesitan muchos argumentos para convencerse de que la Familia se ha de convertir hoy día en un Centro Activo de Educación que ha de generar su propio Sistema Educativo Doméstico.

Tres aspectos creemos que merecen especial atención:

  1. La Formación de la Personalidad en la singularidad que cada hijo requiere.
  2. La Formación de los Valores que se consideran patrimonio familiar.
  3. Las Normas de Organización interna que regulan una convivencia agradable, solidaria y armoniosa.

 

Formación
de
Padres
Formación
de
Padres

Una acción tan compleja, como es la tarea educativa, requiere, sin duda alguna, que quienes deben promoverla y llevarla a cabo estén bien formados. Nuestro proyecto educativo no podría completarse sin ocupamos de ello.

Nadie les puede discutir con seriedad a los padres el derecho de ser los educadores natos de sus propios hijos. La coincidencia social de esta responsabilidad está tan avanzada en las sociedades desarrolladas, que los padres desean colaborar con los centros escolares. Hoy el profesorado está más dispuesto a entrevistarse con los padres en reuniones de grupo, a exponerles sus puntos de vista, a recoger sus sugerencias, y a estudiar conjuntamente, en régimen de tutoría, el progreso académico y personal de su hijo alumno. Los padres que están con sus hijos y siguen atentos su evolución, no necesitan muchos argumentos para convencerse de que la Familia se ha de convertir hoy día en un Centro Activo de Educación que ha de generar su propio Sistema Educativo Doméstico.

Tres aspectos creemos que merecen especial atención:

  1. La Formación de la Personalidad en la singularidad que cada hijo requiere.
  2. La Formación de los Valores que se consideran patrimonio familiar.
  3. Las Normas de Organización interna que regulan una convivencia agradable, solidaria y armoniosa.

 

Metodología Educativa

Fase de actividad Autogestionada

Constituye realmente el fin de todo proceso de aprendizaje educativo. A partir de este momento, el alumno no necesita ya a su profesor en este aprendizaje que inició con él. El alumno no sólo se basta a sí mismo sino que es original en la selección de actividades de este nivel, en sus aplicaciones y en sus planteamientos; consigue hacer sus propias transferencias; puede imponerse sus propias pautas de comportamiento, encontrar su puesto en el espacio social y humano, presentarse a sí mismo con el propio nombre.

Fase de actividad Autónoma

En esta fase, se enfrenta el alumno con una actividad que ha de realizar él solo, sin ayudas, sin seguimiento, sin observaciones; el profesor quiere cerciorarse de que su alumno ha conseguido el aprendizaje que pretendía y de que se basta a sí mismo en dicha ejecución. El aprendiz entiende que su maestro le considera ya capaz de resolver los problemas pertinentes a ese aprendizaje y trabaja con la seguridad del que se sabe respaldado. Realiza la actividad, se la presenta para que su maestro le dé el o efectúe alguna corrección.

Fase de actividad Supervisada

Se elige una actividad diferente a la anterior, pero similar en la unidad de aprendizaje. El profesor deja al alumno llevar la iniciativa en todos los pasos que forjan la realización completa; mientras, observa las competencias adquiridas por su aprendiz, o sus tanteos, sus aproximaciones, sus bloqueos, y le ayuda a pensar, a hacerse planteamientos, a comprender lo que hace, a establecer relaciones; le evoca aprendizajes previos, sugiere posibles transferencias de aprendizaje anteriores, refuerza sus aciertos, le transmite mensajes de ánimo, le manifiesta su valoración positiva, le corrige, le deja equivocarse para plantearle alguna cuestión que le haga pensar en el origen de su error, le pide deshacer el camino mal andado para que conozca el punto de reencuentro con el trecho acertado.

Fase de Actividad Colaboradora

Escogida la actividad con la que se va a obtener el aprendizaje, el profesor la realiza ante el alumno; éste le observa, pero no pasivamente; el docente le va pidiendo colaboración a su alumno y éste interviene aportando materiales, ideas, cuestiones que se plantea ante lo que ve hacer u oye decir.

Fase Expositivo Receptiva

Si debe ser una habilidad del que aprende, saber descifrar los bloques informativos para seguir aprendiendo, debe ser una habilidad del que enseña, saber presentar bloques informativos que puedan ser descifrados por el que aprende. La exposición de una lección o de una tarea a realizar debe ser cuidada; requiere, por una parte, preparación previa de los contenidos, materiales y recursos que se vayan a emplear y, por otra, aciertos al emplearlos mientras se está exponiendo. Las estrategias informativas son determinantes para conseguir mejorar la receptividad por parte del alumno. Unos contenidos bien estructurados, apoyados en estrategias perceptivas y motivaciones, adecuadas a los sujetos que se destinan y al contexto en el que se presenta, captan fácilmente la atención del alumno.

Constituye realmente el fin de todo proceso de aprendizaje educativo. A partir de este momento, el alumno no necesita ya a su profesor en este aprendizaje que inició con él.

El alumno no sólo se basta a sí mismo sino que es original en la selección de actividades de este nivel, en sus aplicaciones y en sus planteamientos; consigue hacer sus propias transferencias; puede imponerse sus propias pautas de comportamiento, encontrar su puesto en el espacio social y humano, presentarse a sí mismo con el propio nombre.

En esta fase, se enfrenta el alumno con una actividad que ha de realizar él solo, sin ayudas, sin seguimiento, sin observaciones; el profesor quiere cerciorarse de que su alumno ha conseguido el aprendizaje que pretendía y de que se basta a sí mismo en dicha ejecución.

El aprendiz entiende que su maestro le considera ya capaz de resolver los problemas pertinentes a ese aprendizaje y trabaja con la seguridad del que se sabe respaldado. Realiza la actividad, se la presenta para que su maestro le dé el o efectúe alguna corrección.

Se elige una actividad diferente a la anterior, pero similar en la unidad de aprendizaje. El profesor deja al alumno llevar la iniciativa en todos los pasos que forjan la realización completa; mientras, observa las competencias adquiridas por su aprendiz, o sus tanteos, sus aproximaciones, sus bloqueos, y le ayuda a pensar, a hacerse planteamientos, a comprender lo que hace, a establecer relaciones; le evoca aprendizajes previos, sugiere posibles transferencias de aprendizaje anteriores, refuerza sus aciertos, le transmite mensajes de ánimo, le manifiesta su valoración positiva, le corrige, le deja equivocarse para plantearle alguna cuestión que le haga pensar en el origen de su error, le pide deshacer el camino mal andado para que conozca el punto de reencuentro con el trecho acertado.

Escogida la actividad con la que se va a obtener el aprendizaje, el profesor la realiza ante el alumno; éste le observa, pero no pasivamente; el docente le va pidiendo colaboración a su alumno y éste interviene aportando materiales, ideas, cuestiones que se plantea ante lo que ve hacer u oye decir.

Si debe ser una habilidad del que aprende, saber descifrar los bloques informativos para seguir aprendiendo, debe ser una habilidad del que enseña, saber presentar bloques informativos que puedan ser descifrados por el que aprende.

La exposición de una lección o de una tarea a realizar debe ser cuidada; requiere, por una parte, preparación previa de los contenidos, materiales y recursos que se vayan a emplear y, por otra, aciertos al emplearlos mientras se está exponiendo. Las estrategias informativas son determinantes para conseguir mejorar la receptividad por parte del alumno. Unos contenidos bien estructurados, apoyados en estrategias perceptivas y motivaciones, adecuadas a los sujetos que se destinan y al contexto en el que se presenta, captan fácilmente la atención del alumno.